POR DR. LUIS MONTEL
El cuerpo humano es mucho más fuerte de lo que creemos. Las células se
dividen en cada momento. Cada día, nacen y se regeneran miles de
millones. Además, tenemos un ejército de defensa, dirigido por el sistema
inmunológico, que está siempre alerta contra invasores externos e internos.
Todo esto funciona correctamente y en armonía, logrando que nos
enfermemos menos, estemos fuertes, nos reproduzcamos y seamos felices.
A cambio, el organismo nos pide una alimentación e hidratación
adecuadas, y descanso y relajación diarios, para seguir en su labor por una
vida sana.
Sin embargo, las ocupaciones de nuestra ajetreada vida, las continuas
preocupaciones y tensiones exageradas, sin descanso, con una mala
hidratación, hacen que el organismo libere cortisol, la hormona del estrés.
En sí, se trata de una voz de alarma: hemos llegado a un punto donde los
recursos corporales están al límite y se frena el metabolismo. Esto hace que
se retenga más líquido y sal (sodio) en el cuerpo y se eleve la presión
arterial. Entonces, el corazón sufre y se esfuerza más en cada latido.
El cortisol es como una sustancia ácida corrosiva, que oxida los huesos,
articulaciones y ligamentos, creando rigidez y enfermedades de tipo
reumatológico.
Además, daña la replicación del ADN, provoca que se pierdan aminoácidos
y proteínas, y acelera el envejecimiento. Ningún sistema u órgano escapa a
su acción oxidante, desde el inmunológico hasta el sexual-reproductivo.
Baja el nivel de testosterona y hasta perdemos el deseo sexual.
Todo esto hace que el cortisol, hoy en día, sea nuestro mayor enemigo.
Pero hay soluciones: equilibrar las horas de trabajo y ocio y descanso,
meditación y actividades al aire libre, desconectar el celular, aprender a
decir “no” y practicar el sexo. Se ha visto en diversos estudios que los
valores de cortisol disminuyen considerablemente, después de hacer el
amor. Y, por supuesto, el ejercicio físico.
¿Cómo bajar el cortisol?
Podríamos apoyarnos en la suplementación para activar la producción de
serotonina y melatonina, que ayuda a combatir el estrés. Así como en
suplementos dietéticos para desbloquear el metabolismo y activar la
tiroides.
Entre ellos, la ashwagandha, una planta milenaria asiática se ha venido
usando con buenos resultados para bajar los niveles de estrés y nivelar el
cortisol. También la pasiflora, muy conocida por sus propiedades relajantes
y antiespasmódicas (alivia los dolores intestinales y de otras vísceras).
Recuerda que cualquier decisión sobre el cambio en tus rutinas, siempre
debes consultarla con un médico.
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